
Mi ascensión a esta montaña supuso una satisfacción personal especial porque quería hacerla desde hacía tiempo. Es una montaña de aspecto imponente cuando se mira desde el pueblo oscense de Villanúa en invierno. Además, para conquistar la cima, es necesario subir una emocionante canal que pone la guinda que toda montaña debería tener. En la foto pueden verse los últimos metros de la ascensión, justo después de superar la canal, tal y como estaban el 22 de mayo de 2010. Lo malo de ir en esa fecha fue la escasez de nieve en las cotas bajas... pero bueno, de todo se aprende.
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