
Esta es la segunda altura del Pirineo. Por su cara Sur es esquiable desde la misma cima. Me encantan las montañas en las que te puedes poner la tabla en la mismísima cima. La parte alta del descenso (la que puede verse en la foto) es una gran pala con una pendiente considerable. Creo que es imposible no sentirse pequeño allí. Cuando miro esas mierditas (personas) de la esquina superior derecha de la foto recuerdo muy bien la inmensidad de la mole. Subí a esta montaña el 9 de abril de 2011, en un día soleado y tranquilo, perfecto para el desempeño de mi principal afición. César Asenjo (gran montañero, esquiador y amigo) me acompañó en esta aventura. Su conocimiento del lugar y su buen hacer fueron clave para el éxito de la misión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario